Mediante la robotización, los tambos lecheros pueden escalar exponencialmente su producción, y también mejorar la sacrificada calidad de vida de tamberos… y vacas.
Relevo generacional. Keysi Montechiari, joven bióloga y empresaria que actualmente es la gerente general del tambo de Montechiari Agroindustria Argentina, contó que antes no sentía atracción alguna por la actividad lechera de su familia. Sin embargo, cuando finalizaba sus estudios universitarios y planeaba su doctorado, la aparición de ocho robots en el tambo familiar la motivó para cambiar de planes.
En 2019, Keisy hizo una pasantía de tres meses en una granja de la empresa Lely, en Países Bajos, la misma que, fundada en 1948, inventó hace tres décadas el ordeño robotizado, que comercializa en 50 países.
Si bien Lely es líder en el mercado mundial, no es la única que vende sistemas lecheros automatizados. La lista es larga: DeLaval, GEA Group Aktiengesellschaft, Hokofarm Group, Fullwood Packo, Milkomax Solutions laitières, BouMatic, AktivPuls GmbH, Waikato Milking Systems NZ LP y Dairymaster.
El primer tambo robotizado de Latinoamérica se montó en Argentina
La robotización de tambos en Latinoamérica se originó en la Argentina en 2015, cuando Miguel Taverna, del Programa Nacional de Lechería del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), montó la Estación Experimental de la citada entidad en la ciudad de Rafaela, provincia de Santa Fe.
En la actualidad hay más de 230 robots para ordeñe en las granjas lecheras argentinas.
“Sin estas tecnologías es muy probable, que no me hubiese incorporado a la empresa familiar; a ningún joven le gusta estar ordeñando un sábado a la madrugada”, explicó Keysi con frescura juvenil ante el panel “CREA Tambero Robótico” en el último Congreso Lechero CREA, en la ciudad argentina de Rosario.
Al grupo CREA Tambero Robótico lo conforman 14 empresas de tres provincias argentinas que controlan 65 robots. Es miembro de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (AACREA), que nuclea a los CREA argentinos. Una experiencia similar se desarrolla en Uruguay con FUCREA.
La robotización cuadruplica la productividad
Prueba del salto al futuro de la robotización la expuso Taverna en la revista CREA: “Multiplica por tres y medio, o cuatro, la productividad promedio de los sistemas lecheros argentinos, a la vez que más que duplica la productividad promedio de las empresas del cuartil superior”.
La pequeña unidad del INTA Rafaela logró obtener una productividad de 30.000 litros de leche por hectárea y por vaca.
Subrayó Taverna que, según la bibliografía internacional, esta tecnología es muy competitiva “cuando se superan los 400.000 a 450.000 litros de leche anuales por trabajador: algo perfectamente factible”.
El tambo robotizado no sólo suplanta al personal operativo. Con software dedicado también se optimiza la trazabilidad real del estado, salud y productividad de cada ejemplar.
Ante el panel de CREA, Hernán Harispe contó, que en su tambo familiar de 40 hectáreas producen 30.000 litros de leche anuales por hectárea. Por ahora, el 60% está robotizado. Pero, aseguró que al final del proceso mantendrán todo el personal.
Y coincidió con Keisy: “La calidad de vida va a mejorar de manera notable. Ya no va a ser necesario levantarse en la madrugada para ordeñar”.