Informe especial desde Argentina |
Tras el aplastante triunfo electoral del candidato a presidente Javier Milei se abrió un inédito escenario sociopolítico y económico, nunca dado antes con esta contundencia en la Argentina, abrumada por la más alta inflación (+140% anual, tercera en el mundo) y con niveles de pobreza e indigencia superiores al 40%, entre otras penurias crónicas que sería largo enumerar.
Un escenario que también conmueve a la región. Y que causa sorpresa y atención en gobiernos, bloques comerciales y asociaciones internacionales, ya que conllevará un viraje revulsivo del rumbo geopolítico y geoeconómico argentino.
También significará para el sector agropecuario local un cambio reclamado y anhelado por décadas respecto del intervencionismo de los gobiernos, según se espera de la propuesta formulada por la agrupación de Milei, La Libertad Avanza (LLA).
De igual modo, influirá en las interrelaciones comerciales de la región y del mundo. Milei, a la vez que anunció tiempo atrás que abandonaría el Mercosur, sostuvo duras diatribas contra el presidente de Brasil, al igual que contra el régimen chino.
La futura canciller, Diana Mondino, matizó dichas incomodidades, que inquietan al sector agroindustrial local, ya que la Argentina es el tercer principal comprador mundial de mercancías brasileñas y el quinto exportador del mundo a Brasil.
También Mondino intercedió ante China para abuenar los intereses comerciales bilaterales y calmar las tensiones. Se trata del primer destino de las exportaciones argentinas y primer país de origen de las importaciones.
A la vez, los socios sudamericanos de la Argentina temen por los mismos efectos disruptivos en el buscado acuerdo Mercosur-Unión Europea. En ese contexto, la presencia activa y afín con Milei del presidente uruguayo Luis Lacalle Pou podría ser un cauce catalizador entre los gobiernos de Brasil y Argentina.
Luis Lacalle Pou lució esta semana su pragmatismo cuando anunció que Uruguay avanza hacia una asociación de libre comercio bilateral con China, fruto del encuentro que mantuvo con Xi Jinping en Beijing.
El pragmatismo es una habilidad que, cabe adelantar, ahora Javier Milei exhibe en la ardua y a veces crispada definición de su gabinete de ministros. Es claro también que toda concesión táctica tiene sus efectos estratégicos.
Teorema de Baglini en desarrollo
La política, desde ya, no es una ciencia exacta. Y las proyecciones de sus actores están sujetas a la naturaleza humana y a las condiciones y relaciones de fuerza del contexto. Aplica, en el impactante triunfo del libertario, lo que en Argentina reconocemos como el famoso “Teorema de Baglini”.
En síntesis, Raúl Baglini, destacado diputado de la Unión Cívica Radical, alineado con el expresidente Raúl Alfonsín (1983-1989), sostenía que cuanto más lejos se está del poder, más irresponsables son los enunciados políticos; cuanto más cerca, más sensatos y razonables se vuelven.
Vale decir que la hipótesis del teorema de Baglini está en proceso de ser, o no, tesis.
“La casta” acecha
Con un 56% de votos en su favor, Milei tiene sólido y genuino sustento ciudadano. También logró superar todo porcentaje electoral anterior desde la reinstalación democrática en 1983, lo cual le otorga una legitimidad impactante y sin matices en la cultura política argentina, fruto de unos comicios irreprochables por su transparencia y clima cívico. Que contrastó y pone en cuestión a todas las encuestas y pronósticos de los analistas.
Pero que, sobre todo, descalifica severamente la autoridad moral y ética de la dirigencia argentina, principalmente de los partidos políticos, sindicalismo, empresariado, prensa, y entidades de intermediación social.
Un repudio condimentado y azuzado por Milei en los últimos dos años, en apariciones sobre todo en la TV, con actitudes, en algunos casos agraviantes en lo verbal, y con posiciones extremas en lo ideológico. Que tuvieron como eslogan, e inspiración y fortaleza de su proyecto, la caracterización de “la casta” a la antes mencionada macro representación histórica y consolidada de variados factores de poder del establishment criollo y sus satélites. También apodada entre los observadores como el “Círculo Rojo”.
Así, el joven defensor de la vertiente anarcocapitalista del liberalismo clásico supo encarnar el hartazgo de más de la mitad del electorado argentino hacia los vicios y corrupción estructurales del sistema socio político.
La épica transgresión que propone Milei es contra un siglo de cultura política, social y económica y de dominio de distintas versiones del peronismo y de grupos corporativos afines o tributarios del populismo típico latinoamericano de izquierdas y derechas. De modo que no será sin fisuras ni fuertes desafíos de alcances aún imprevisibles. Contrasta con esa historia que este nuevo presidente ganó fortísimos apoyos populares cuyos porcentajes electorales, antes de ello, surgían de clientes de los antagonistas al cambio en ciernes. También obtuvo aplausos de todo signo en el mundo y la región. Algunos discretos, cautelosos o formales, y otros entusiastas, como los expresidentes Jair Bolsonaro, de Brasil, y Donald Trump, de Estados Unidos.
Campo de esperanzas
Hoy, en tanto, es dato puro de la realidad que el sector rural argentino recibió con marcado optimismo y satisfacción la llegada de un gobierno que auspicie la libertad de mercado y de comercio, y que quite al campo el peso de retenciones impositivas y regulaciones que eternamente rechazó.
Así es que Milei cuenta con la favorable bienvenida de las fundamentales entidades ruralistas argentinas: Sociedad Rural Argentina (SRA), Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), Federación Agraria Argentina (FAA), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Consejo Agroindustrial Argentino, y la Bolsa de Comercio de Rosario, el máximo puerto de exportaciones agrarias. Directivos de estas entidades han expresado en los últimos días su expectación positiva y voluntad de diálogo y cooperación con el nuevo gobierno.
Es un notable cambio en la relación del campo en comparación con los gobiernos kirchneristas antecesores, con los cuales en un clima de permanente confrontación y tensión se repetían las demandas:
- la eliminación de los derechos de exportación,
- la disminución de la presión impositiva,
- la corrección del retraso y la unificación del tipo de cambio,
- la derogación de restricciones a las exportaciones e importaciones de bienes e insumos,
- entre otros obstáculos a la producción y comercialización.
Hoy, en el nuevo escenario, las esperanzas rurales se basan en el capítulo dedicado al campo en la plataforma electoral de LLA, que propone «reformas estructurales de base, empezando por las profundas reformas impositivas y aquellas relacionadas con una mayor eficiencia de los controles sanitarios, fitosanitarios y afines».
Cabe puntualizar que, en la Argentina, por poner algunos ejemplos, los derechos de exportación de soja son del 33%, y para el trigo y maíz, del 12%. Para las carnes vacunas, del 9%.
De todos modos, dadas las condiciones económicas y financieras que heredará el futuro gobierno, tales cambios profundos no se podrán aplicar de inmediato, según aclaró Milei.
Apuesta al desarrollo y producción sustentables
En el paso a paso de la transición e instalación del gobierno entrante, el campo ya tiene certeza de que su representante en el gobierno será Fernando Vilella.
Vilella será titular de la Secretaría de Bioeconomía, sugerente denominación de un área que se creará con su llegada y que reemplazará a la histórica Secretaría de Agricultura y Ganadería.
No es casual entonces que -según reveló el diario La Nación- el jefe de gabinete de Vilella sería Pedro Vigneau, expresidente de la cada vez más influyente Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) y presidente de la Asociación de Maíz y Sorgo Argentinos (Maizar).
Tampoco es un dato menor que el perfil de Vilella sea sesgado a la producción sostenible y el desarrollo sustentable. De 68 años, es profesor de la cátedra Mercados Agropecuarios y director del Programa de Bioeconomía en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (UBA), de la cual salió en su última clase aplaudido por el joven alumnado.
Es otra muestra de que la juventud es el núcleo primario del soporte electoral de LLA. Nuevas generaciones -desde la “X” pasando por “Millenials” y hasta la “Z”- que exigen y apuestan a un cambio de época, con audacia, determinación, compromiso, y sin temor a las consecuencias.