Montevideo, Uruguay. La situación laboral en la industria frigorífica uruguaya atraviesa un nuevo capítulo de tensión. Durante las últimas semanas, los paros convocados por la Federación Obrera de la Industria de la Carne y Afines (FOICA) han desatado una serie de perjuicios que, aunque originados en un conflicto entre sindicatos y empresarios, afectan directamente a los productores rurales.
Las gremiales del agro, organizadas bajo el paraguas de Campo Unido, han alzado su voz para denunciar que son los ganaderos quienes están pagando el costo de este enfrentamiento laboral, a pesar de no tener responsabilidad en las negociaciones.
Un conflicto sin solución a la vista
Desde hace más de cinco meses, los trabajadores de la industria frigorífica y los representantes de los empresarios han estado negociando las condiciones salariales de los operarios del sector. A pesar de las largas discusiones, no se ha logrado llegar a un acuerdo. En este contexto, los paros sorpresivos se han convertido en una medida sindical recurrente, con un nuevo paro general programado para los días 23 y 24 de diciembre de 2024. A pesar de que se espera una nueva instancia de negociación en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), donde no participará el sindicato Foica, el conflicto no parece tener una solución inmediata.
En un comunicado conjunto, la Asociación Cultivadores de Arroz, la Asociación Nacional de Productores de Leche, la Asociación Rural del Uruguay, la Comisión Nacional de Fomento Rural, Cooperativas Agrarias Federadas, y la Federación Rural, expresaron su malestar por la situación. El documento subraya que los productores rurales, como actores ajenos a la mesa de negociaciones entre trabajadores y empresarios, no pueden ser los principales perjudicados por los paros en los frigoríficos. Para los productores, el conflicto no solo es un tema laboral, sino que se ha convertido en un problema económico directo que afecta la estabilidad de sus finanzas y su capacidad para mantener sus operaciones.
Los efectos adversos para los productores ganaderos
Los paros en los frigoríficos, explican las gremiales de Campo Unido, tienen consecuencias directas sobre la producción ganadera. En primer lugar, los animales que llegan a las plantas de faena, listos para ser sacrificados, se ven obligados a regresar a los campos debido a la paralización de la actividad. Esto genera un problema de liquidez inmediata para los productores, que pierden la venta de los animales y, por ende, sus ingresos, lo que compromete su capacidad para afrontar sus propios compromisos financieros, como el pago de salarios a sus empleados.
Pero los perjuicios no terminan allí. Los animales que regresan a los campos después de haber sido transportados y sometidos a largos períodos de encierro en los corrales de los frigoríficos sufren un notable deterioro físico. La pérdida de peso es uno de los efectos más inmediatos de este proceso, que genera una reducción en el valor comercial de los animales. Además, estos animales experimentan un nivel significativo de estrés, que afecta no solo su bienestar, sino también la calidad de la carne que eventualmente se obtendrá de ellos.
Otro problema grave es la pérdida de la cuarentena sanitaria que los animales habían cumplido antes de ser enviados al frigorífico. Esta cuarentena es una medida preventiva para evitar la propagación de enfermedades en el ganado, y su vencimiento obliga a los productores a esperar al menos 45 días para poder volver a vender los animales. Esto prolonga aún más el período sin ingresos, complicando aún más la situación económica de los ganaderos.
El derecho a huelga y la necesidad de una solución integral
Las gremiales del agro han dejado claro que el derecho a huelga es un derecho legítimo de los trabajadores y no está en discusión. Sin embargo, lo que no pueden aceptar son los paros sorpresivos que no solo afectan a los empleadores, sino que, en última instancia, perjudican a los productores rurales, quienes no tienen influencia ni responsabilidad en las decisiones laborales. En este sentido, las entidades que conforman Campo Unido han instado a que se alcance una solución que minimice los impactos negativos para el sector agropecuario.
En su comunicado, las gremiales también han solicitado al MTSS que declare de “esencialidad” la faena bovina para los animales que ya han ingresado a las plantas de faena. Esta medida permitiría continuar con el proceso de sacrificio de los animales y evitaría que los ganaderos sigan enfrentando pérdidas. “La producción cárnica nacional es uno de nuestros principales productos y motivo de orgullo de los uruguayos”, recalcan, enfatizando la importancia de cuidar la cadena productiva que sustenta una parte clave de la economía del país.
La urgencia de proteger la cadena productiva
El sector agropecuario, a través de Campo Unido, ha lanzado un llamado de urgencia a todos los actores involucrados en este conflicto. Más allá de los intereses laborales y empresariales, la producción cárnica es un pilar económico para Uruguay, que no solo genera miles de empleos directos, sino que también constituye uno de los productos más representativos del país en los mercados internacionales.
A medida que el conflicto en la industria frigorífica persiste, los productores ganaderos se encuentran en una situación cada vez más compleja. Las gremiales del agro hacen un llamado a la reflexión, sugiriendo que se deben encontrar soluciones que protejan tanto los derechos de los trabajadores como los intereses de los productores, sin que uno de los dos sectores sea perjudicado de manera desproporcionada.
Comunicado de las gremiales agropecuarias (PDF)