Cuando las abejas se encuentran en las cercanías de líneas de alta tensión de las torres de electricidad o antenas celulares, se produce en ellas un incremento de enzimas relacionadas al estrés. A esta conclusión llega un estudio realizado por la Universidad de Talca, Chile.
La investigación estuvo liderada por Marco Molina, director del Centro de Ecología Integrativa de la antes mencionada universidad. “Cada vez que una abeja se acerca a un tendido eléctrico o una antena de celular se estresa y, por lo tanto, aumenta su temperatura interna y disminuye el servicio de polinización”, señala Molina.
Una de las dificultades del experimento era evaluar cómo afectaba la presencia de una estructura de metal con cientos de metros de cable al andar de los insectos polinizadores. Por ese motivo, estudiaron la conducta de las abejas en zonas con torres activas e inactivas.
Cabe resaltar, que el estudio se llevó a cabo en campos de amapolas. Esta planta necesita de las abejas para la polinización de sus flores, pero las torres de electricidad y telecomunicaciones interfieren con el sistema de navegación natural de las abejas, que se apoya en receptores magnéticos, dificultando que estas encuentren los campos de flores y regresen a la colmena. El resultado fue que las plantas cercanas a las torres producían menos semillas.
Sin las abejas se afectaría la seguridad alimentaria
Las consecuencias de disminuir la polinización se ven ampliadas cuando los campos electromagnéticos se encuentran próximos a terrenos agrícolas. “Nos dimos cuenta que, todos esos cultivos que están aledaños a las líneas de conducción de electricidad quedan sin ser polinizados, lo que repercute en una disminución en la producción de los alimentos, por lo tanto, se pone en riesgo lo que es la seguridad alimentaria”, precisó Molina.
Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha insistido en que la ausencia de abejas y otros polinizadores eliminaría las manzanas, los tomates, el café, las almendras, el cacao, entre otros cultivos que dependen de la polinización.
No solo los tendidos electromagnéticos amenazan a las abejas, también lo hacen la contaminación ambiental, el uso de pesticidas, la agricultura intensiva y la pérdida de biodiversidad.
La FAO insta a tomar decisiones respetuosas y amigables hacia los polinizadores. Incluso, sostiene que cultivar flores en casa para alimentar a las abejas es una forma de contribuir con su preservación.